Después de haberme tomado un tiempo de soledad y haber pensado. Hoy concluyo con este sentimiento. La soledad y angustia se han marchado para dejar paso a la alegría, y los colores apagados y tristes han sido reemplazados por cálidos y alegres. Siempre tuve, tengo y tendré una frase en mi cabeza: “Tras una gran tormenta, tarde o temprano vuelve a brillar el sol”. Aunque a lo mejor ya el futuro, no será como pensabas. Ni siquiera estarás junto a las personas que esperabas. Con gente que todavía ni sabes quien es.
Cuando oía los truenos y mis lágrimas no cesaban esta frase estaba un poco apagada en mi mente y la esperanza no estaba a la vista. Aún con la cabeza inclinada y mis ojos cerrados, de repente, una luz estorbaba la calidez de mi oscuridad. Un pequeño aunque poderoso rayo de sol me cegaba. Yo no daba crédito al ver que la tormenta había acabado y solo podía reír. No paraba de reír, sonreír, carcajear, sonrojarme… Era una ola de sentimientos que hasta ese momento había dejado en el olvido y que logré recordar cuando en mi cara se dibujó la primera sonrisa.
No paré de reír hasta que me cansé. Entonces empecé a escribir:
Alegría tú que te asomas ahora por mi alma te pregunto: ¿Por qué me abandonaste, cuando más te necesitaba? Tú te limitas a ignorarme, pero no resististe a responderme: --Lo importante es que volví, ¿no crees?
Cuando más lo pienso mas me río. Ahora solo quiero escribir:
GRACIAS por haber vuelto. Pero es mejor no irse, para no tener que volver.
No hay comentarios:
Publicar un comentario